Depresión desde el punto de vista
neurológico y proceso de duelo
El
trastorno depresivo es una de las formas más comunes de sufrimiento mental
alrededor del mundo, afecta al organismo, el ánimo y la manera de pensar y
actuar. En general la prevalencia es del 15%, es la quinta causa de
discapacidad en el mundo y es alrededor del 4% de la carga total e enfermedades.
Los desórdenes depresivos afectan alrededor de 12% de hombres y 20% de mujeres.
Las mujeres tienen el doble de tendencia a sufrir depresión, los síntomas se
incrementan con la edad y más hombres que mujeres mueren debido al suicidio.
Las
causas de la depresión pueden incluir factores genéticos, químicos y
psicosociales; dando lugar a dos formas básicas de depresión: la endógena y la
exógena.
La
depresión exógena o reactiva se da por
una causa externa bien definida (alguna pérdida, una enfermedad, etc.). En
cambio, la depresión endógena no tiene causa externa manifiesta, por lo que se
considera como una alteración biológica.
Los
estímulos que pueden generar son multifactoriales, pero con el fin de
constituir estresores con valor afectivo solo para el individuo afectado; este
valor varia con cada individuo y la experiencia del individuo es la variable
que da la diferencia a la respuesta.
Las
causas de la depresión pueden incluir:
- Factores
genéticos.
- Factores
químicos: alteraciones de neurotransmisores.
- Factores
psicosociales como: experiencias desfavorables en la infancia, dificultades
cotidianas, baja autoestima, etc.
Se
cree que la depresión tiene que ver con el desequilibrio de en los
neurotransmisores que estimulan el cerebro; algunos como la noradrenalina o
serotonina, en mayor o menor concentración pueden desencadenar la depresión.
Causas
primarias
A.
Bioquímicas cerebrales: postula que un
déficit relativo o absoluto en las concentraciones de noradrenalina, serotonina
y dopamina es la causa de la depresión; los excesos producen manía.
Se
ha sugerido que una disminución en de serotonina es la causante de depresión,
incluso puede haber predisposición genéticas a la disminución de las células
que usan ese neurotransmisor. También se ha relacionado con el GABA y la
acetilcolina.
B.
Neuroendocrinos: debido a la disfunción
del hipotálamo se presentan síntomas como trastornos del humor, disminución de
la libido, trastornos del sueño, del apetito y de la actividad autonómica.
Algunos
sujetos muestran aumento de cortisol, otros también presentan una disminución
de la liberación de la hormona de crecimiento (GH) durante las horas de sueño,
puede permanecer hasta un año después de la desaparición de los síntomas
depresivos.
C.
Neurofisiológicos: hay una disminución
de movimientos oculares rápidos (MOR).
D.
Genéticos y familiares: el trastorno
depresivo mayor es más común en familiares biológicos de primer grado de
personas que lo sufren.
E.
Factores psicológicos: en las depresiones de menor
intensidad, la presencia de factores psicógenos tiene gran importancia. La
depresión es resultado de una visión negativa de sí mismo, del mundo y del futuro.
Causas
secundarias
A. Drogas:
se ha relacionado a más de 200 medicamentos con la aparición de la depresión,
algunos son: AINES (indometacina, fenocetina fenibutazona), antibióticos
(cicloserina, griseofulvina, sulfas), hipotensores (clonidina, metildopa,
propanolol, reserpina, bloqueado adores de canales de calcio), antipsicóticos,
drogas cardiacas, desulfuran, contraceptivos orales, etc.
B. Enfermedades
orgánicas: pueden causar depresión
como reacción psicológica, las que se relacionan con mayor frecuencia son:
Alzheimer, Parkinson, Huntington, epilepsias, esclerosis múltiple,
hipotiroidismo, trastornos de calcio, cáncer de páncreas, infarto al miocardio.
C. Enfermedades
infecciosas: hepatitis, influenza y brucelosis.
D. Enfermedades
psiquiátricas: la esquizofrenia y el trastorno esquizofrénico pueden producir
cuadros depresivos, etapas avanzadas de los trastornos de pánico pueden cursar
con depresión. En el alcoholismo y la farmacodependencia puede encontrarse
depresión secundaria.
Neuroanatomía
de la depresión
Se
ha propuesto un modelo neuroanatómico que comprende la corteza prefrontal, el
complejo amígdala-hipocampo, el tálamo, los ganglios basales y las abundantes
conexiones entres estas estructuras. Se piensa que los dos principales circuitos
neuroanatómicos involucrados en la regulación del talante son: el circuito
límbico-talámico-cortical, que incluye la amígdala, los núcleos dorsomediales
del tálamo, y la corteza prefrontal tanto la medial como la ventrolateral. Así
como el circuito límbico-estriado-pálido-tálamico-cortical. De acuerdo con este
modelo las alteraciones del talente podrían ser el resultado de disfunción o
anomalías en diferentes partes de esos circuitos que podrían ser el inicio de
trastornos del talante, o conferir cierta vulnerabilidad biológica que en combinación
con factores ambientales, tenga como consecuencia alguno de estos desórdenes.
Se
han reportado anormalidades estructurales en ganglios basales, lóbulo frontal,
lóbulo temporal y cerebelo, en estudios controlados hechos en pacientes con
desordenes del talante, que sugieren atrofia regional. El patrón de
anormalidades es distinto en los trastornos unipolar y bipolar, los pacientes
con problemas unipolares presentan el lóbulo frontal y ganglios basales más
pequeños y los pacientes bipolares muestran anormalidades en el lóbulo
temporal.
Los
descubrimientos con técnicas de neuroimagen han creado nuevas oportunidades
para el estudio in vivo de la anatomía funcional del cerebro humano.
Anormalidades
generales del cerebro
La
mayoría de los estudios en pacientes con depresión unipolar o bipolar no
encontraron anormalidades en el flujo sanguíneo cerebral global bajo
condiciones de reposo. Parece haber una reducción global en el flujo sanguíneo
en ancianos deprimidos, que podría ser el resultado de enfermedad vascular
subyacente e irreversible.
En
conclusión existen hallazgos conflictivos acerca de los cambios funcionales
globales en el cerebro, pero la mayoría de los estudios no apoyan la presencia
de anomalías en el flujo sanguíneo cerebral o del metabolismo en los trastornos
del talante.
Simetría
cerebral
Cambios
asimétricos podrían estar presentes en los desordenes del talante. Los estudios
regionales del metabolismo cerebral de la glucosa encontraron incremento en el
metabolismo en el lado derecho, y no coincidieron con hallazgos de disminución
del flujo sanguíneo del lado derecho que reportan algunos estudios. Así, en la
literatura de neuroimagen funcional hay evidencia conflictiva acerca de los
cambios en la literalidad del hemisferio cerebral en pacientes con depresión
unipolar y bipolar. Algunos estudios mostraron disminución en las mediciones de
metabolismo o flujo sanguíneo cerebral en el hemisferio izquierdo, y otros en
el derecho. Por lo tanto, es necesario que se realicen más estudios de las
subregiones en ambos hemisferios.
Anormalidades
cerebrales regionales
Los
trastornos del talante podrían estar asociados con anomalías funcionales del
cerebro de tipo regional o localizada, en lugar de anormalidades globales.
Cambios localizados independientemente de las alteraciones globales son
indicadores potenciales de regiones cerebrales involucradas más directamente en
la patogénesis de los trastornos del talante. Han sido investigadas varias
estructuras cerebrales, entre ellas:
-Regiones
corticales como: lóbulo temporal, estructuras límbicas (formación hipocampica,
amígdala, uncus), lóbulo parietal, lóbulo occipital.
-Regiones
subcorticales: ganglios basales, tálamo, estructura de la fosa posterior como
el cerebelo, otras regiones cerebrales como la circunvolución del cíngulo.
A
partir de los avances en la investigación de la neuroanatomía del cerebro y del
refinamiento de las técnicas de neuroimagen, diversas preguntas han podido ser
respondidas con trabajos de investigación. Beauregard, 1998, se pregunta si los
cambios funcionales cerebrales asociados a alteraciones del talante observados
en la depresión son similares a aquellos que acompañan a la tristeza
transitoria en sujetos normales. Para responder esta pregunta llevaron a cabo
un estudio fMRI usando un paradigma de activación emocional. La actividad
cerebral asociada con la observación pasiva de un cortometraje con alta carga
emocional para inducir un estado transitorio de tristeza y fue contrastado con
el estado asociado con la observación pasiva de un cortometraje emocionalmente
neutral, llevado a cabo en pacientes que sufren de depresión unipolar y en
sujetos normales de control. Los resultados mostraron que la tristeza transitoria
producía activación significativa en la corteza medial y prefrontal anterior,
la corteza temporal media, el cerebelo y el caudado de los sujetos deprimidos así
como en los normales. También revelaron que la observación pasiva del cortometraje
cargado emocionalmente produjo una activación significativamente mayor en la corteza
medial prefrontal izquierda y en el giro cingulado derecho en los pacientes deprimidos
mas que en los sujetos normales. Estos hallazgos sugieren estas dos regiones
corticales podrían ser una red neuronal implicada en la fisiopatología de la
depresión.
Tratamiento
de la depresión
La
depresión se vincula con trastornos reactivos, por lo general no requiere
farmacoterapia y puede tratarse con psicoterapia y con el paso del tiempo. Sin
embargo, en los casos graves, particularmente cuando los signos vegetativos son
significativos y los síntomas han persistido por más de unas cuantas semanas, a
menudo la terapéutica con fármacos antidepresivos es eficaz. La terapéutica
medicamentosa también se sugiere por una historia familiar de depresión mayor
en pacientes de primer grado o una historia de episodios previos.
La
planificación del tratamiento requiere coordinar la remisión de los síntomas a
corto plazo con las estrategias de continuación y mantenimiento a largo plazo,
diseñadas para prevenir las recaídas y las recidivas. La intervención más
efectiva para lograr la remisión y prevenir la recaída es la medicación, pero
el tratamiento combinado, que incorpora la psicoterapia para ayudar al paciente
a afrontar su pérdida de autoestima y su desmoralización, mejora
significativamente los resultados. Se ha encontrado que el 40% de los pacientes
de atención primaria con depresión abandonan el tratamiento e interrumpen la medicación
cuando no aprecian mejoría sintomática en el plazo de un mes, salvo que reciban
apoyo adicional. Por lo tanto, el tratamiento requiere una terapia no solo
medicamentosa si no que para que la evolución de la misma mejore, se requiere
de:
1.-
Mayor intensidad y frecuencia de las visitas durante las primeras 4 o semanas de tratamiento.
2.-
Adición de material educativo.
3.-
Consulta psiquiátrica cuando procede.
El
tratamiento de la depresión pretende disminuir la morbi-mortalidad debida a
este trastorno: suicidio o intento de suicidio, accidentes debido a la pérdidas
de atención, fracaso en los estudios, perdidas de trabajo y los costos
derivados de los problemas familiares, absentismo laboral o disminución en la
productividad y gastos sanitarios.
Diversos
estudios concluyen que los episodios de depresión no tratadas duran de -24
meses y solo se alarga más de 2 años en 5-10% de los casos. Sin embargo, el
tratamiento permite acelerar la recuperación y evitar recaídas y recurrencias,
evitando que se convierta en un problema crónico.
Fases
del tratamiento
Inicialmente
los médicos deben educar al paciente acerca de la enfermedad y específicamente
hablarles de sus expectativas hacia la recuperación. Los pacientes deberían
hacer preguntas y hacerle saber al doctor si pueden llevar el régimen del
tratamiento o por el contrario detenerlo unilateralmente. Los miembros de la
familia son esenciales en el soporte del paciente deprimido para el
cumplimiento del tratamiento.
Durante
el primer episodio depresivo el médico suele prescribir un fármaco
antidepresivo. Solo los casos más leves se solucionan con psicoterapia y sin
medicación.
En
la fase aguda el objetivo es eliminar todos los síntomas del episodio, durante
varias semanas, hasta que haya una respuesta clínica positiva importante con
una mejoría del 50% de los síntomas. En la fase de continuación, si el paciente
consigue la recuperación (4-9 mese sin sintomatología), el médico podría tratar
de interrumpir la medicación, aunque puede tomar la decisión de realizar una
fase de mantenimiento, para evitar las recurrencias. Esta puede durar desde un año hasta toda la
vida, dependiendo de las probabilidades de nuevos episodios, y en este caso, se
suelen prescribir antidepresivos solos asociados a psicoterapia. En el caso de
episodios refractarios al tratamiento, se utilizan antidepresivos asociados a
otros fármacos como estrategia de potenciación o terapia electro convulsiva.
Referencia:
·
Guadarrama, L., Escobar, A., Zhang L. Bases neuroquímicas y neuroanatómicas de la
depresión. Departamento de fisiología, facultad de medicina, UNAM.
·
Hall, V. (2003) Depresión: Fisiopatología y tratamiento. Costa Rica: Centro
Nacional de Información de Medicamentos.
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